Renovarse o morir
La piratería es un problema diario con el que se topa actualmente la cultura, especialmente en el sector musical, en el audiovisual y en el editorial. Han sido muchas las medidas tomadas por diversos países para frenar el avance de la piratería, pero lo cierto es que ninguna ha logrado sus objetivos.
Se dice que la piratería coarta la creación de productos culturales al ofrecer productos ilegales gratuitos que no pueden competir con los vendidos legalmente. Esto ha llevado a una lucha por mantener los derechos de autor y el copyright.
Buscando información sobre organismos contra la piratería me he encontrado con el Observatorio Mundial de Lucha contra la Piratería de la UNESCO. Esta institución ha elaborado una lista sobre las causas de la piratería. Una de las causas que más me ha llamado la atención es aquella que justifica la aparición de la piratería con la alta demanda que existe en la actualidad de bienes y productos culturales.
La demanda de música, películas, libros y programas informáticos es muy alta, lo que podría acarrear el desarrollo de un mercado ilegal para cubrir las necesidades de los consumidores.
Si atendemos a esta afirmación podemos entender que la piratería ha surgido para cubrir una necesidad, la necesidad del acceso universal a la cultura y de la apertura de la cultura a todos los sectores de la población. La cultura, entendida como cultura tradicional, estaba reservada a un sector muy reducido y de alto poder adquisitivo. Ahora ha cambiado la demanda, por lo que también la oferta debe de transformarse. La piratería es un síntoma del mundo digital en el que nos movemos diariamente, un mundo en el que se abaratan y se transforman los procesos de producción, de transporte y de distribución. La industria cultural debe adaptarse a las nuevas demandas y ofertar productos acordes a estas, ya que los productos culturales tal y como los hemos entendido hasta ahora están, según mi opinión, en un proceso de paulatina desaparición.
Ya son muchas las iniciativas que están surgiendo que se posicionan como alternativas a los derechos de autor tradicionales. Un ejemplo es el Festival Creative Commons que ya se ha celebrado en numerosas ciudades y que consiste en un festival de cine en el que se proyectan películas bajo licencias Creative Commons.
Este post ha sido realizado como tarea para el curso Arte y Cultura en circulación: Crear y compartir en tiempos digitales. Curso online gratuito y abierto organizado por Ártica